Al taller se le ofrece bastante formación, la técnica porque son ellos, los talleres, los que la demandan. También se le ofrece formación sobre producto, porque los fabricantes la demandan a los grupos de compra y por ende a las tiendas de recambio/distribuidores.
Las redes de talleres, ligadas casi todas a grupos de compra, proporcionan al taller servicios, muchos servicios, la gran mayoría de ellos técnicos.
Por tanto, se puede afirmar que estos terceros, grupos de compra, distribuidores y fabricantes están ayudando y dando soporte imprescindible y necesario al taller.
Bajo mi punto de vista, quizás estéis pensando que es un punto de vista interesado y no os lo negaré, a estos terceros (fabricantes, distribuidores y redes) les falta dar más apoyo en la parte de gestión a su cliente.
Es difícil entender que, sabiendo la necesidad que tiene su cliente, ésta no se cubra con calidad.
Motivos
Todos los que nos movemos en este sector conocemos de esta carencia, estoy generalizando evidentemente, ya que hay talleres que van sobrados en gestión, márketing y desarrollo empresarial.
Para cubrir el expediente, se les ofrece una serie de servicios no técnicos como es un programa de gestión y herramientas de márketing, pero nadie les forma.
En cuanto a procesos y procedimientos de trabajo el contenido que tienen a su alcance es poco y, en muchos casos, nulo.
Por tanto, el taller ni optimiza ni saca partido a su aliado en la gestión (el programa) ni al márketing.
En un entorno cada vez más digital, donde todos nos movemos en redes sociales e internet, el taller aún va años luz por detrás. Apuntando citas en papel (en el mejor de los casos), con poca o ninguna proactividad comercial, sin saber que una orden de trabajo que se transforma en factura al cliente debe contener una línea de mano de obra, etc.
Tema de costes, es evidente. También porque su cliente, el taller, no la demanda con la fuerza que demanda la parte técnica. Y algunos de estos terceros a los que conozco bien, caen en el desánimo y lo llego a entender. Convocan un curso de gestión y sus clientes, los talleres, ni acuden ni dan respuesta, así año tras año hasta que dicen basta.
Será esa la fórmula válida para ayudar al taller, la de darles un curso anual, me pregunto yo.
Quizás sea que ya les va bien a ambas partes. Un día alguien me dijo que el problema es que el taller aún gana mucho dinero.
Ante esta última frase, la de que el taller gana mucho dinero yo la cambiaría por “el taller aún puede ser mucho más rentable o simplemente rentable”.
La visión empresarial es saber distinguir entre inversión o gasto, y creo que el taller ve un gasto todo lo relacionado con la gestión, el márketing y la digitalización a día de hoy, cuando sin duda alguna es una inversión.
Conclusión
La reflexión final, que sería interesante debatir y/o conocer la opinión de todos los actores, incluidos los talleres, es si conviene que el taller tenga mayor visión empresarial que la que tiene actualmente.
Si conviene, que estoy seguro de que sí, es cuestión de ponerse a trabajar en el cómo.
Muchos de ellos ni saben porque tienen el precio hora que tienen y por tanto no conocen la» rentabilidad que les da su conocimiento”.